Puzzle gigante La isla del tesoro 200 piezas

Puzzle gigante La isla del tesoro 200 piezas

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Puzzle gigante La isla del tesoro 200 piezas.

El puzzle con motivos de “La isla del tesoro”, contiene 200 piezas y tiene una medida de 51×69 cm.  Al estar acabado queda un gigante puzzle para decorar la habitación de los mas pequeños.

Puzzle gigante La isla del tesoro 200 piezas

El puzzle tiene una medida de 51 x 69 cm. en 200 piezas de tamaña gigante.

El motivo es de la busqueda del tesoro en la isla del tesoro, donde aparacen imagenes de barcos, carabelas, niños, animales, mapas, etc.

Un divertido puzzle donde pasaran horas y horas jugando e intentando encajar las piezas.

No recomendado a menores de 3 años por contener piezas pequeñas que pueden ser ingeridas o inhaladas, produciendo ahogamiento o axfisia.

Los rompecabezas  en 1900.

Alrededor de 1900 nacieron los rompecabezas artísticos para adultos. Aquellos rompecabezas en madera cortados a mano se convirtieron rápidamente en uno de los entretenimientos favoritos de la alta sociedad.

Era costumbre deslumbrar a las visitas con estos originales y elegantes pasatiempos, que por su singular belleza y exclusividad, pasaron a formar parte de la herencia y tradición familiar. Aquellos rompecabezas cortados a mano tenían un estilo peculiar llamado “push-fit”, empujar-colocar, por la manera en que debían ser montados: al seguir el corte, los contornos de la imagen y las áreas de color, las piezas, desprovistas de pomos, no se ensamblaban entre sí como en los rompecabezas comerciales de hoy en día, sino que se acoplaban unas a otras de la forma más sutil. Así, los montadores, debían tener sumo cuidado ya que un movimiento repentino o hasta un estornudo podían echar por tierra el paciente trabajo de toda una tarde.

Los rompecabezas artísticos para adultos, a diferencia de los infantiles, no incluían una imagen que sirviera de guía al montador, que debía contentarse con la sugerente referencia del título antes de sentarse a resolver el enigma tras el cual el artesano cortador había escondido el cuadro.

Este era uno de sus alicientes y atractivos fundamentales: ir desvelando poco a poco, construyendo paso a paso la obra de arte oculta, una obra de arte a la que, una vez resuelto el rompecabezas le habremos prestado una intensa atención que nos hará conocer hasta sus más recónditos detalles.

Los rompecabezas 1900, de encajar, constituían un verdadero reto y se convirtieron en un absorbente pasatiempo.

En la actualidad siguen siendo los más apreciados por aquellos para los que la elegancia, la dificultad y la delicadeza son el aliciente fundamental que prolonga el placer de reconstruir y descubrir la imagen oculta.

En la primera década del siglo XX, un famoso fabricante de juguetes estadounidense decidió dedicar toda su producción a los puzzles artesanales de madera e introdujo unas variaciones muy bien acogidas por el público: las piezas figurativas y los pomos.

Los pomos permitían que las piezas se ensamblasen entre sí haciendo que el rompecabezas no se desmontase fácilmente, y ofreciendo la posibilidad de que las piezas adoptasen nuevas formas. Las piezas figurativas, siluetas de animales, personas u objetos reconocibles, generaron gran fascinación y sorpresa entre los aficionados; no sólo ponían de relieve la destreza e imaginación del cortador, sino que además, añadían misterio y exclusividad a un juego que ya se había elevado a la categoría de obra de arte.

La experimentación y creación de nuevas formas de corte artístico a lo largo del siglo XX no cesaron, y los mejores artesanos introdujeron novedades como los bordes irregulares, falsas esquinas, y distintas maneras de retar aún más a los aficionados.

Sin embargo, aunque unos pocos artesanos han desarrollado y mantenido viva la tradición del puzzle adulto de madera cortado a mano, éste es un pasatiempo que guarda en sí todo el sabor de otros tiempos.

Rompecabezas moderno

En 1762 el londinense John Splisbury hizo uno prácticamente por accidente, algo que discontinuaba de los anteriores pero al principio era demasiado caro. Spilsbury montó uno de sus mapas en una hoja de la madera dura, y del corte alrededor de las fronteras de los países usando una sierra marquetry fino-aplanada comenzó, sin querer, la historia del rompecabezas. El producto final era un pasatiempo educativo, diseñado como un asistente adentro enseña a niños británicos su geografía. Un siglo más tarde, Milton y McLaughlin Bradley comenzaron a fabricarlos en serie.

También puede ser un problema o un acertijo que resulta difícil de solucionar, y también se puede considerar como rompecabezas algunos tipos de pasatiempos.

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