Calienta-camas de metal y madera

Calienta-camas de metal y madera.

Calienta tu cama unas horas antes de irte acostar con esta antigua pero práctica calienta-camas formada con un mango de madera y un recipiente redondo compuesto de 2 partes, una inferior donde se introducían las ascuas, que repartía el calor a través de los agujeros que tiene la parte superior que hace el conjunto total del recipiente.

Calienta-camas de metal y madera

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El mango de madera está pintado en color rojo y tiene una anilla de metal en su extremo para poder colgar y así guardarlo sin que estorbe.

Calienta-camas de metal y maderaEl recipiente que hace de brasero, la parte superior tiene ocho agujeros en forma de rombo por el extremo externo y en el centro tiene un circulo perforada haciendo un bonito dibujo.

El brasero era un recipiente en el que se echaban y conservaban las brasas para calentarse. Más tarde, se llamaría brasero a ciertos depósitos de brasas ardiendo, como el compartimento superior de las calderas de calefacción de combustible sólido.Aunque el brasero más extendido y de mayor tradición fue el brasero metálico de diferentes aleaciones a lo largo de la Historia, también existieron diversos modelos de brasero cerámico (por su condición de objeto alfarero con precedentes más antiguos). Solían ser recipientes abiertos, ovoides en su forma y con múltiples agujeros

El calienta camas es parecido a un brasero doméstico metálico  que era un recipiente cóncavo provisto generalmente de una tapa con hendiduras por las que salía el calor o bien, los más modestos, de una alambrera metálica para no quemarse. Para evitar el contacto con el suelo, los modelos caros incluían un pie o soporte. El combustible por excelencia era el cisco o picón, un tipo de carbón vegetal muy menudo y de larga combustión.

El brasero se colocaba en el centro de las habitaciones o debajo de unas mesas especiales, llamadas mesas camillas, sobre una tarima de madera perforada en el centro para encajarlo, que también servía de reposapies. Para reavivar el fuego se utilizaba un instrumento metálico llamado badila, que consistía en un mango y una paleta redonda, doblemente perforada en su borde superior; cuando la combustión languidecía y bajaba el calor, se echaba una firmita, es decir se removía con la badila con sumo cuidado. A las personas que pasaban mucho tiempo sentadas en la mesa camilla, le salían en las piernas una especie de manchas o vejigas muy incómodas, las llamadas cabrillas.

Considerado un ingenio peligroso dentro de la vivienda por el hecho de generar brasa sin estar perfectamente protegido y de producir “tufo”, fue causa de incendios frecuentes, principalmente al entrar en contacto con las faldas de la mesa camilla y diversas prendas de las personas. Sin embargo, el peligro más grave era la posibilidad de envenenamiento por emisión de monóxido de carbono (el mencionado “tufo”), especialmente en habitaciones poco ventiladas.